
Finales de Octubre 2019. Estamos hace un año atrás y nos llega un newsletter dedicado a la industria del deporte con las siguientes advertencias. Una especie de llamado a la acción frente a una distopía:
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- Dentro de 6 meses el deporte sucederá en estadios vacíos
- Las transmisiones se producirán de forma remota
- Los fanáticos solo se acercarán a los espectáculos en modo virtual y por social media
- Los equipos profesionales funcionarán en burbujas sanitarias.
- El consumo online de contenidos y productos será casi el único indicador positivo
El contacto humano para celebrar un gol será mal visto por los propios humanos.
Ese es el mundo en el que vivimos desde la perspectiva del deporte y todo indica que así será el mundo en el que viviremos durante un tiempo. Y todavía no hemos nombrado la maldita palabra: pandemia. Pero si en condiciones complicadas por esta pandemia, la industria del deporte pudo funcionar, es porque hay que nombrar a la bendita palabra: tecnología.

La tecnología fue la que impulsó al deporte en las condiciones más adversas que se recuerden. En su libro The Game, el escritor italiano Alessandro Baricco ofrece ingeniosas y profundas coordenadas para comprender lo que él dio en llamar “la insurrección digital”. Baricco dice que estamos mirando el mapa al revés cuando analizamos los cambios de comportamiento que nos trajo la tecnología. El mapa correcto es el que nos permite decir de qué estábamos huyendo cuando el ser humano decidió que había que conectar computadoras, crear la web, diseñar aplicaciones para que toda la existencia se transforme en una humanidad aumentada y donde todo se parece a un juego. Dice Baricco:
«Creemos que la revolución mental es un efecto de la revolución tecnológica y en cambio deberíamos entender que lo contrario es la verdad (…) Estamos mirando el mapa al revés, lo juro. Es necesario darle la vuelta. Es necesario invertir esa condenada secuencia: primero la revolución mental, luego la tecnológica. Dejen de intentar entender si el uso del smartphone nos desconecta de la realidad y dediquen el mismo tiempo a intentar entender qué clase de conexión con la realidad buscábamos cuando el teléfono fijo nos pareció definitivamente inapropiado…».
La tecnología en el deporte también se explica desde las revoluciones mentales. Muchos de los desarrollos a los que solemos llamar “soluciones tecnológicas” (denominación perfecta ya que la pandemia COVID-19 es todo un problema) tienen sentido simplemente porque es posible hacerlo. La revolución mental da paso a la creación tecnológica. Es lo que sabiamente define Bruno Dagnino, uno de los fundadores de Métrica Sports, una compañía a la vanguardia del análisis del fútbol. “Estamos creando la máquina de entender el juego”, nos dijo en este episodio de Big Data Sports cuando lo entrevistamos y la preguntamos de qué se trataba su compañía.
-¿Podemos ponerle un sensor a los deportistas?
-Podemos.
-¿Y para qué lo queremos?
-Ya veremos. Pero vamos a hacerlo porque podemos hacerlo.
Ese diálogo es de ficción, pero es creíble. Se pudo haber dado en el garage de emprendedores tecnológicos más de una vez. Llegaron los sensores con los millones de datos. Ahora cualquier miembro de un staff deportivo sabe que no precisamos tener millones de datos, pero nos gusta saber que podemos tenerlos.
Intel llevaba años en el desarrollo y perfeccionamiento de realidad virtual para el deporte. Un casco en el living de casa mientras miramos el juego y nos conectamos con amigos en un espacio virtual. En otra vida, en 2018, esto me decía David Aufhauser, director general de Intel Sports, cuando estuvo en Buenos Aires en el simposio organizado por el COI junto con los Juegos Olímpicos de la Juventud: “La realidad virtual se trata de conectar a las personas. La virtualidad es la próxima plataforma de experiencia para las comunicaciones de las personas. La virtualidad significa una copresencia, en un juego de la NBA si vos estás en Buenos Aires, podés estar presente o copresente con tus amigos en Nueva York, en San Francisco lo cual hace una experiencia conjunta de ambos”. Aquí pueden leer la entrevista completa
La pandemia aceleró ese proceso. Estamos aislados y conectados con los demás en espacios virtuales. Así vivimos. Intel lo proyectaba como un estándar para el deporte para Paris 2024 y todavía no sabemos si tendremos Tokio 2020. Otras compañías como LiveLike también lo ofrecen para el estilo “Watch Party” de ver el deporte y un modo que está en el corazón de la propuesta de Facebook Watch con las salas de amigos para ver Champions League y Copa Libertadores.
El fútbol sudamericano se desperezó luego de largos meses de confinamiento y abrió sus ligas, sus partidos de selección por Eliminatorias y todos los deportes profesionales posibles en burbujas imperfectas llenas de filtraciones. Europa mantiene sus competiciones en pie mientras los gobiernos de España, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia avanzan hacia nuevos encierros ante la segunda ola de la pandemia. Las distancias sociales seguirán. Los hinchas no volverán a los estadios. Una vez vuelto el deporte es fácil imaginar que los organismos rectores y los gobiernos lo mantendrán activo todo el tiempo que puedan.
La tecnología mantuvo a flote la economía del deporte profesional con pérdidas enormes. Hemos visto las mejores versiones digitales del béisbol en redes sociales, mientras la MLB sufre pérdidas operativas de casi 3 mil millones de dólares por jugar sin fanáticos. El US Open de tenis reportó pérdidas para la USTA de 400 millones de dólares, pero IBM hizo posible que la mayoría de los 7.000 empleados del torneo pudiera trabajar de modo remoto de sus hogares para que el torneo en Nueva York pudiera salir adelante.
Finales de Octubre 2020. Nos llega el newsletter de Big Data Sports dedicado a la industria del deporte con las siguientes advertencias.
- Dentro de 6 meses el deporte sucederá en estadios vacíos
- Las transmisiones se producirán de forma remota
- Los fanáticos solo se acercarán a los espectáculos en modo virtual y por social media
- Los equipos profesionales funcionarán en burbujas sanitarias.
- El consumo online de contenidos y productos será casi el único indicador positivo
Ya sabemos que la tecnología estará ahí para ayudarnos a atravesar este difícil momento. Para esto era que la queríamos. En algún lugar ya anidaba la revolución mental aplicada al deporte que nos permitiera encontrar las soluciones antes de que el problema apareciera.
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