
Guillermo Pereyra es uno los nuevos dueños del Club Deportivo Tudelano, equipo de la Segunda División B del fútbol español. Ex jugador de River Plate, Mallorca y San Lorenzo, entre otros clubes, «Guille» se sumerge en esta nueva experiencia que lo encontrará como uno de los accionistas principales del club y a la vez como encargado de diseñar el proyecto deportivo del club. Lo que aquí encuentran es un anticipo de la conversación que Marcelo Gantman y Nicolás Rotnitzky tuvieron para una edición especial del podcast de Big Data Sports y que lanzaremos este lunes 21 de junio.
Cómo comprar un club de fútbol. O en todo caso, cómo lo hizo Guillermo Pereyra con el Tudelano.
«Nosotros compramos un club y lo transformamos en Sociedad Anónima Deportiva. Ahora estamos haciendo una especie de co-comando con el presidente anterior y entre todos vamos tratando de empaparnos de los temas, pero hoy en día con la decisión nuestra y con la impronta nuestra. Nos apoyamos mucho en cómo se hacía, pero a partir de ahí para entender cómo lo queremos hacer para adelante. Tratamos de tomarnos todos esos temas con la mayor prudencia posible. No queremos llegar y borrar todo lo que se hizo».
«Veo un mar de posibilidades, porque hay mucho por hacer, lo estamos haciend y atacando casi todos los frentes. Algunos te generan esa ansiedad de querer ir cerrando temas, pero no es tan sencillo. Recién llegamos, intentamos en la estadía que tuvimos allá de que entendieran que no somos ni magnates, ni millonarios, ni locos, que venimos a trabajar, a gestionar y queremos un proyecto sustentable. Un proyecto que crezca paulatinamente, que crezca de la mano del hincha y de la mano de la ciudad».
Yo tuve la suerte de dirigir a Santamarina de Tandil y veo muchas similitudes con mi experiencia en ese club. Encontrar a Tudelando fue como una cita a ciegas. Porque se concretó toda la negociación, se pactó un precio, se llevaron a cabo todas las diligencias necesarias con notarios, con el consejo superior de deporte, con el registro mercantil de sociedades, pero faltaba un pequeño detalle: conocernos cara a cara. Tanto con el club como con sus jugadores, con sus instalaciones, con sus directivos, eso fue una cita a ciegas.
«En medio de esta pandemia pudimos viajar y pudimos conocernos. La impresión que me llevé fue que era un club modesto, un club pequeño pero con 86 años de historia, que venían haciendo las cosas bien; obviamente a su manera, nos encontramos con que la directiva era gente de una generación más grande que la mía, quizás con no toda la energía que requiere llevar un club hoy en día».

Tenemos un vínculo con Athletic de Bilbao por 6 años. A nosotros nos beneficia, no solo en el plano económico, sino en el plano de metodología: el coordinador nuestro de fútbol base es puesto por el Athletic de Bilbao y toda la capacitación y la metodología de trabajo que utilizamos en Tudelano está basada en el Athletic. Hay un intercambio permanente de capacitaciones, tenemos acceso a todos los cursos y a todo lo que brinda el club.
«Soy el primero en reconocer que tengo mucho camino por recorrer. Tengo mucho por aprender, sobre todo porque yo lo planteaba de esta manera: estoy desembarcando en un país donde hace quince años que no vivo, estoy llegando a una liga que no conozco, porque yo jugué en otra y la realidad es que todo ha cambiado mucho.Por eso tengo que ir con cuidado, tengo que apoyarme en gente local, en gente que esté en el día a día en esta categoría».

«En cuánto al modelo de gestión, suelo hablar mucho con Ricardo Pini; siempre me apoyó y yo le pregunto, lo vuelvo loco porque es un tipo que tiene una experiencia importante por su gestión en Unión La Calera. Puedo compartir con él mucha información que a mí me sirve. Es un modelo que puedo llegar a replicar, obviamente con nuestro presupuesto, con nuestra impronta, con nuestras formas y normas, pero es un modelo que me interesó mucho.
«Este año que va a transcurrir será de aprendizaje absoluto. Será para ver a otros entrenadores, ver otras metodologías de entrenamiento, otras metodologías de comandar clubes. La realidad es que es un aprendizaje constante, lo estoy absorbiendo de esa manera y lo estoy disfrutando”.
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