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Trolls y boicot a las redes sociales en el fútbol inglés: qué sigue luego del silencio de 4 días en las grandes plataformas

Crédito: Chetrauc

En este momento, todavía domingo en todo el planeta, estamos en medio de un apagón digital lanzado en principio por la Football Association de Reino Unido, Premier League desde el pasado viernes hasta la noche del lunes. La principal liga inglesa, seguida por los clubes, es la amplificadora más relevante de este silencio autoimpuesto que reclama una acción más concreta de las plataformas sociales para erradicar los mensajes de odio, discriminatorios y racistas en las redes. Diversas organizaciones deportivas como UEFA y FIFA y atletas de alto perfil, se sumaron a la acción. Todos aspiran a un cambio de comportamiento en la comunicación pública. ¿Es eso posible?

El boicot directo a las redes sociales es la puesta en superficie de una serie de estrategias iniciadas hace meses para que los gigantes como Facebook, Twitter e Instagram intervengan de un modo más activo para frenar este tipo de manifestaciones. El asunto es muy complejo porque lo que está en juego es la presunta neutralidad de estas plataformas para que el principio de “libertad de expresión” no se vea vulnerado. El lado menos luminoso de ese principio es la problemática que representa el modo directo que tienen infinidad de personas para atacar, sin filtros ni remordimientos, a quienes se exponen públicamente en las redes sociales. El fútbol inglés es escenario de uno de los problemas más evidentes que definen la época en la que vivimos.

A continuación, algunos datos y reflexiones sobre esta situación en momentos en que el fútbol inglés y otras organizaciones deportivas aliadas cumplen su apagón digital de cuatro días.

.Según detectó el equipo de comunicación de Manchester United, los mensajes agresivos hacia sus futbolistas crecieron un 350 por ciento desde septiembre de 2019 hasta la actualidad. Los datos son evidentes en esta época en la que toda acción en redes se cuantifica y deja una huella digital, aunque las agresiones se escondan en el anonimato.

-Football Association les envío en febrero pasado una carta abierta a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y a Jack Dorsey, fundador de Twitter, pidiendo que las publicaciones o mensajes ofensivos y racistas «se filtren y bloqueen antes de enviarlos o publicarlos». FA había publicado un informe, luego amplificado por FIFPro donde se consignaba que el 40 por ciento de los futbolistas eran víctimas de ataques discriminatorios en las redes sociales.

«Jugadores y ciudadanos exigen regulaciones e intervenciones más estrictas para poner fin a todas las formas de abuso online. Se deben tomar medidas e intervenciones reglamentarias para proteger a los jugadores y a los fanáticos de este abuso racial inaceptable.»

Cita del informe «Shaping Our Future», FIFPro 2021

-Los futbolistas son en la actualidad los principales influenciadores en Instagram dentro de la industria deportiva. La visualización hecha por Axios Sports lo demuestra. Las grandes celebridades deportivas son verdaderas plataformas de comunicación para todo tipo de mensajes. Ese contacto directo es un camino en dos direcciones y es así como muchos sufren los abusos verbales.

Fuente: Axios

-Entre octubre y diciembre de 2020, Facebook e Instagram tomaron acciones sobre 33 millones de mensajes que incitaban al odio. El 95 por ciento de esos posteos se detuvieron antes que los usuarios hicieran una reclamación, proceso habitual que tienen las plataformas sociales para bloquear ese tipo de contenidos. La información la publicó The Athletic citando a un vocero del gigante tecnológico. Facebook asegura haber triplicado el personal dedicado a la seguridad y protección de este tipo de mensajes en los últimos 3 años y dedica a 35.000 personas en todo el mundo a este tipo de tareas. Las organizaciones deportivas reclaman controles más exitosos y preventivos por parte de las plataformas tecnológicas.

-Las manifestaciones discriminatorias no son nuevas en general y tampoco en el fútbol en particular. Pero la escena cambió dramáticamente cuando las redes sociales les permitieron a los deportistas de alto perfil conectar sin intermediarios con sus audiencias. Ahí el ataque se volvió directo, mucho más agresivo y de mayor volumen.

Una tarea pendiente es que los deportistas aprendan a gestionar filtros y herramientas de privacidad para disminuir el impacto de las agresiones. Por supuesto que lo ideal es que los ataques no se produzcan; pero mientras eso no tenga solución, y tal vez nunca la tenga del todo, los atletas deben preservar su propia salud digital con este tipo de aprendizajes que también son un dato de la realidad: antes el asunto se dirimía en los medios de comunicación; ahora sucede en cada cuenta personal en las redes sociales.

-El conflicto también tiene su costado comercial: las redes sociales forman parte de las estrategias globales para ganar mercados y aumentar ingresos para los clubes de fútbol, las organizaciones deportivas y los propios atletas. Que ese espacio sea seguro y esté libre de contenidos discriminatorios atenta contra el negocio digital, que va camino a ser la principal fuente de ingresos en el deporte del futuro.

-El silencio en redes sociales de buena parte del deporte y hasta de medios de comunicación logró su impacto. Lionel Messi, que no suele intervenir públicamente con posturas altisonantes, hizo coincidir el anuncio de su llegada a los 200 millones de seguidores en Instagram con la toma de conciencia del tipo de comunicación que aspira tener con sus fans. Es una buena medida del impacto y la influencia de esta acción digital.

Un agradecimiento de alto costo para Cavani

-Las acciones en las redes sociales presentan una trama compleja donde colisionan el natural derecho a no ser agredido, el derecho a expresarse, los usos y costumbres y el significado verdadero de las palabras de acuerdo a la cultura y la pertenencia. Una muestra de eso fue el castigo que recibió Edinson Cavani, jugador de Manchester United, por haber usado el término “negrito” para responder un mensaje de un amigo en una storie de Instagram. No hubo explicación posible sobre el significado de esa palabra en un determinado contexto. Tal vez eso sea una derrota insalvable en esta situación: no hay espacio para los matices cuando los reclamos son tan terminantes y extremos, como decidir silenciar las redes sociales para que alguien escuche.