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Juegos Olímpicos: vimos el futuro y nos gustó

“¿Qué esperas para los próximos cinco años?”, solemos preguntarnos entre todos cuando intentamos vislumbrar por dónde vendrán los cambios y las novedades en la industria del deporte. Nadie escapa a esa pregunta. Es muy tentadora. Todos arrimamos ideas que se agrupan bajo el paraguas de la inteligencia artificial, los entornos digitales, la realidad aumentada, el 5G y la Internet de las Cosas. Las señales están y los estímulos también. Ahora, qué pasará exactamente dentro de cinco años, nadie lo sabe con exactitud.


En los Juegos Olímpicos vimos algo del futuro. Y tal vez Tokio 2020 sea hasta el próximo domingo un vector adecuado para entender que el futuro llega a algunos lugares antes que a otros. En Sudamérica no vemos los Juegos Olímpicos como los están viendo los europeos. Eurosport potenció su criatura llamada Cube para entrevistas de “teletransportación” que corporizan al atleta en estudios de escenografías dinámicas y llevan a la realidad aumentada a su máxima expresión. Hasta el presidente del COI, Thomas Bach, fue invitado a conversar con el fondo verde para luego tomar forma en el estudio virtual.

En la juntada / En Instagram

Para completar la experiencia pueden ver en el próximo video sobre los diferentes usos de Cube. No es simplemente un recurso tecnológico divertido, sino que debe ser una herramienta fundamental para construir otro storytelling deportivo. Porque si la tecnología no soluciona una situación, entonces resta en lugar de sumar. Acá suma mucho.

La idea de transmisiones remotas como una vía para bajar costos no aplica a toda la generación de contenidos. Lo remoto en este nivel es muy caro. Cube es carísimo de producir. Pero lanzados a imaginar futuros a cinco años, ahí tenemos una cuerda de la cual tirar para entender cómo podría ser el espectador deportivo de los próximos años. Porque la pregunta que me hago es: ¿podría como fanático tener a ese entrevistado del Cube corporizado en el living de mi casa? ¿Es totalmente errado pensar en ese tipo de futuro inmersivo con las transmisiones deportivas? Porque si vamos a imaginar, imaginemos fuerte…


Ya podemos tener como diversión las destrezas de Naomi Osaka, Simone Biles y Megan Rapinoe en 3D. La aplicación oficial de Tokio 2020 en alianza con Samsung ofrece una realidad aumentada gamificada con el skate y otros deportes en una estrategia de fan engagement que es para aplaudir de pie. Vean el video a continuación. A propósito: las primeras 48 del skateboarding sumaron 700 mil usuarios únicos en las plataformas oficiales de los Juegos.

Hay una transmisión de los Juegos Olímpicos cada vez más inmersiva, detallista, y que incorpora los datos como parte de la narrativa. Cuando miramos hacia atrás nos damos cuenta de que la expectativa de futuro no siempre la podemos dimensionar. Si comparamos Río 2016 con Tokio 2020, que en realidad fue en 2021, podemos ver cómo la mirada a cinco años se vuelve relativa. Las posibilidades del 5G eran pura ilusión en Río 2016 y si nos detenemos a revisar el tracking de las competencias de vela, entenderemos cómo el poder de esa tecnología impactó en el seguimiento de las carreras. Al atletismo llegaron los mapas de calor que muestran la intensidad y velocidad en cada uno de los carriles y el video volumétrico de Intel, también incorporado al básquet y al voleibol.

Vela: 5G para un tracking cada vez más perfecto

Vamos camino al cierre de los Juegos sumergidos en ellos. La spidercam en el skate y sobre la cabeza de Caeleb Dressel. Las cámaras diminutas en la red de voley. Sin público en las gradas, los ingenieros de sonido se hicieron un festival con sus mezclas pregrabadas para que la experiencia inmersiva también incluyera al audio como estímulo. “Sónicamente hemos tenido lo mejor de ambos mundos: algo de público y se pudo distinguir los detalles de cada deporte. Estos también son los Juegos del audio porque escuchamos los deportes como nunca antes se habían escuchado. Podemos escuchar pisadas en el atletismo en un estadio que tiene el sonido ambiente de la gente (…) Atletismo, golf, gimnasia, baloncesto, voleibol, natación y voleibol de playa han sonado fantásticos con la mezcla de audio. Las cámaras especiales han ayudado mucho. Hay una cámara de cable que pasa por encima de la natación y eso realmente ayuda a captar el sonido, el sonido “húmedo” de la natación”, cuentan los especialistas de NBC.

La inmersión total

Como espectadores ya estamos dentro de los deportes. Ahora queremos saber si esas maravillas tecnológicas podrán llegar directamente a nosotros como consumidores. Queremos saber si Andre De Grasse podría aparecer frente a nosotros luego de ganar los 200 metros cuando se preste a una entrevista.

Como espectadores ya estamos dentro de los deportes. Ahora queremos saber si esas maravillas tecnológicas podrán llegar directamente a nosotros como consumidores


El futuro de las transmisiones deportivas y las formas personalizadas de consumir contenidos se funde con otro escenario clave: el rumbo que toman los Juegos Olímpicos en los años por venir. Una lectura de los nuevos tiempos, incluso con mirada geopolítica, pone en la mesa de discusión los conceptos de sustentabilidad. El COI quiere alejarse de cualquier idea de despilfarro, propio y ajeno.

Paris 2024 en apenas tres años

Anticipándose a los comentarios que apuntan a discutir el real legado que dejan los Juegos en las ciudades y los enormes gastos que afrontan los países, el COI mandó a la pista a Christian Klaue, su encargado de comunicación corporativa y asuntos públicos, para ofrecer una contabilidad de lo que sucedió con la infraestructura deportiva desde Atenas 1896 hasta una proyección estimada para Brisbane 2032. Toda la era moderna del olimpismo en una planilla Excel. Estos son los principales datos:

En unos días, los Juegos se irán para Paris, luego a Los Angeles y en 2032 llegarán a Brisbane, Las próximas estaciones corresponden a países de economías más estables y que se alejan progresivamente de la idea de llevar la organización de los Juegos a lugares como Río de Janeiro. Ya ese recuerdo en perspectiva luce como una anomalía. Primer mundo y occidente indica la cartografía del COI en los 12 años por venir. El Comité Olímpico Internacional busca tierra firme, especialmente luego de la pandemia. El producto luce sano. Tiene fans ocasionales y la cosecha de fans ávidos y recurrentes se adivina satisfactoria.


Todos queremos saber cómo será nuestro mundo dentro de 5 años. La tentación es grande. Una vez se lo pregunté a Nicolas Lev, el CEO de la Liga Premier de Israel de fútbol, el lugar donde florecen las startups relacionadas con el deporte. Me dijo: “¿Cómo será el futuro? La realidad aumentada será una gran cosa. Imagino que en pocos años alguien sacará una entrada para ir al Monumental, pero para ver un Barcelona-Real Madrid que se va a estar jugando en el Camp Nou. El fútbol será un espectáculo cada vez más global. Y llegaremos a verlo de ese modo…”.

Badminton teletransportado: del estadio a un museo

NTT ya lo hizo: teletransportó una competencia de badminton de los Juegos al Museo de Ciencias Emergentes e Innovación de Tokio con hologramas de realidad aumentada. La tecnología encuentra su propio cauce. De un modo que no es asincrónico, conecta a los fanáticos deportivoss con nuevas atracciones, herramientas y contenidos.
El futuro ya lo vimos y nos gustó. La otra verdad es que el futuro llega antes a algunos lugares que a otros, y no necesariamente por la diferencia horaria impuesta por Tokio 2020.