«Hace 20 años, cuando se concretaba una transferencia, se ponía todo el dinero sobre una mesa y cada uno de los que habían intervenido en la operación se llevaba en el momento la parte que le correspondía. Ya no funciona más así: ahora los pagos son de club comprador a club vendedor con transferencias bancarias”. El comentario le corresponde a Rafael Trevisan, uno de los principales abogados de la Argentina especializado en derecho deportivo y con sobrada experiencia en asesoramiento legal en el mercado de transferencias de futbolistas. Lo volcó en un panel del 5to Congreso Internacional del Deporte de Montevideo, dedicado a las nuevas regulaciones de FIFA para los agentes, representantes e intermediarios.
Por alguna razón la mayoría de los seguidores del fútbol, cuando fantasean acerca de cómo se negocian las transferencias, siguen imaginando esa escena de fajos de dinero sobre la mesa, máquinas contadoras de billetes, habanos encendidos y bolsos que se llenan hasta el tope. Pero ya no es así: la transparencia es una demanda de la época y ponerla en práctica un mandato que tienen las organizaciones deportivas. El habano y el whisky siguen en pie, pero en otro ámbito más reservado. Se espera que el 1 de julio de 2022 entre en vigencia una nueva regulación para los agentes de futbolistas sobre la que se viene trabajando en los últimos años. Límites y reglas para un universo que no quiere techos aunque sean de cristal. A Mino Raiola no le gusta esto.
Ten Years International Transfers, el reporte elaborado por FIFA con las operaciones hechas entre 2011 y 2020, reveló que en ese período se hicieron 133.225 transferencias internacionales de 66.789 futbolistas. El volumen de esos pases fue de 48.500 millones de dólares, de los cuales 3.500 millones correspondieron a pagos de comisiones a intermediarios. En 2011, el 5.5 por ciento de las transferencias requirieron los servicios de agentes, mientras que para 2020 participaron el 9.9 por ciento. En diez años, hubo un incremento del 69.1 por ciento de intermediarios para compras, ventas y préstamos; sin embargo este mercado dentro de otro mercado recién ahora vuelve a ser enfocado por el radar de la máxima organización del fútbol.
FIFA se desentendió de los asuntos de los agentes de futbolistas en 2015 a partir de una normativa que los especialistas consideraron una desregulación de hecho: FIFA dejó entonces que las federaciones nacionales fueran las encargadas de regular la actividad de los intermediarios. En seis años, según describen quienes se mueven en ese mundo, el panorama se volvió caótico, por ejemplo, para determinar la jurisdicción para dirimir los conflictos ante incumplimientos y demandas. “Líos por todos lados y ninguna sanción desde 2015 para acá”, confiesan.
Las nuevas regulaciones para agentes, representantes e intermediarios están en pleno debate hasta fin de año y tendrán impacto en los siguientes aspectos:
- Límite a las comisiones: los intermediarios podrán cobrar un 10 por ciento de comisión si están con el club vendedor, un 3 por ciento en caso de intermediar por el jugador y 3 por ciento si lo hace por el club comprador. El máximo que podrá cobrar es un 6 por ciento total si está con el comprador y un 10 por ciento si opera para el club vendedor.
- Los agentes tendrán una licencia internacional para poder desarrollar su función. Por ejemplo: actualmente si un agente con licencia argentina quiere hacer una operación con un club brasileño, debe aliarse con un agente con licencia brasileña.
- FIFA lanzará una plataforma digital para transparentar las comisiones. La plataforma también será el espacio donde los agentes deberán capacitarse de forma constante y donde serán visibles las sanciones para los agentes cuando se produzca algún tipo de incumplimiento.
- Habrá una cámara de disputa para los agentes cuando haya algún conflicto. El proyecto tiene previsto que bajo el amparo de FIFA se consiga una resolución para la disputa en un plazo menor a los 4 meses.
- Las comisiones se pagarán a través de una cámara de compensación (clearing house) que liquidará en forma inmediata los pagos aún cuando el club comprador no haya transferido el dinero de la operación. (Nota: este punto generó una observación atinada en el Congreso de Montevideo, ya que muchas veces los agentes cobran sus comisiones puntualmente sobre contratos de jugadores que los clubes incumplen)
Si el futbolista nace ó se hace es una pregunta retórica que todavía atraviesa a las diferentes generaciones que se asoman al fútbol (aclaremos esto ya mismo si es necesario: el futbolista se hace, el resto es jugar a la pelota), algo similar podemos pensar acerca de los agentes. “Esto es una actividad más que una profesión”, me sopla alguien para ayudar a aclarar las ideas. Hay agentes e intermediarios que fueron futbolistas, periodistas, entrenadores, directores deportivos y muchos que vienen del derecho. Otros llegaron a la actividad por mera cercanía: parientes, allegados o amigos del chico que se hizo crack. Obviamente luego tienen que mostrar las condiciones para negociar un buen contrato y no embarrarla en medio de una transferencia.
La nueva era de los agentes asoma con un mandato de transparencia y deseo de profesionalismo. Después de haber creado la Cámara Intermediarios Agentes Fútbol en Argentina (CIAFA), el agente José Luis Díaz Arin es uno de los fundadores y actual presidente de la Asociación oficial Agentes Intermediarios de Fútbol en América (UAIFA), una organización que reúne a agentes de toda América, que a su vez tienen sus estructuras similares en Uruguay, Colombia, Brasil, Perú, Chile, Canadá, Estados Unidos y CONCACAF.
“Nos organizamos, estamos jurídicamente constituídos y al igual que FIFPro, formamos parte de la Comisión de Grupos de Interés de FIFA. Eso es histórico: los agentes nos sentamos en una de las mesas de decisiones que tiene FIFA El sentido es transparentar nuestra profesión, cumplir con todas las regulaciones. Se viene una nueva etapa, sabemos que muchas veces somos mal vistos, pero en la Argentina sobre alrededor de 200 agentes con licencia ya somos 120 los que formamos parte de CIAFA”, contó Díaz Arin en su visita a Montevideo.
FIFA maneja su agenda con respecto a los agentes. En su punteo figura poner límites a las comisiones, evitar conflictos de intereses, formación continua de los agentes, pago de todas las comisiones a través del clearing house y establecer un sistema eficaz de resolución de disputas. La promesa de transparencia está en el aire y en cada escenario de la industria del fútbol, sus principales ejecutivos aseguran que el asunto va para ese lado.
“Los tiempos han cambiado y al final del día todos queremos apoyar tranquilos la cabeza en la almohada”, explica Díaz Arin. Los agentes del fútbol ya fueron invitados a sentarse a la mesa y algunos ya no quieren sorpresas a la hora de ir a la cama. Menos que se la hagan entre ellos.
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