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Un informe del Observatorio del CIES publicado en enero del 2020 dejó a Banfield en la cima de un ranking que mide una métrica que debería ser vital para la salud del fútbol argentino. El equipo que enfrenta a Boca en la final de la Copa Diego Maradona había sido, en 2019, el club latinoamericano que más minutos le había dado a los futbolistas surgidos en sus inferiores: el 60.3% del tiempo que jugó el Taladro fue disputado por prospectos criados en el predio de Luis Guillón, la fábrica de talentos banfileña.
Un año antes de la publicación de ese reporte, Banfield tuvo un partido icónico. Recibió a River en su estadio, dos meses después de la final de Madrid. Banfield, esa noche, ahogó al último campeón de América. Empató 1 a 1, pero pudo haberlo ganado. Banfield, esa noche, salió al campo con once jugadores formados en el club.
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Banfield apuesta a la formación, y ese no es un slogan publicitario ni una promesa de campaña. De los 28 futbolistas que integran el actual plantel, solo siete no pasaron por su cantera. El promedio de edad del equipo que alineó el entrenador Javier Sanguinetti en el álgido partido que definía el pase a la final ante San Lorenzo fue de 24 años. “En Banfield se busca poner a los juveniles. Es un objetivo –dice Carlos Carpaneto, director de fútbol de la institución–. Es que ser un club formador, a la larga, te reditúa en tres cosas: refuerza tu identidad, genera un ahorro en los contratos ya que evitás contratar a jugadores con salarios altos, y tiene un impacto en el principal ingreso del club, que es la venta de jugadores”.
«En nuestro caso, el proyecto tiene tres eslabones: detección, formación y promoción. Muchos clubes los cortan antes de la promoción. En Banfield buscamos que haya una continuidad: cuando un futbolista debuta y tiene continuidad, ya preparamos al que lo va a reemplazar»
Carlos Carpaeneto, director de fútbol de Banfield
La promoción exitosa no es casualidad. Las elecciones de los últimos entrenadores –Hernán Crespo, Julio César Falcioni y Sanguinetti– estuvieron en esta línea. El director técnico que llega al Sur sabe que debe ser valiente y apostar por los jóvenes. Esa premisa se respeta como una ley. “El proyecto tiene que tener continuidad: a los pibes no podés formarlos y no usarlos. En nuestro caso, tiene tres eslabones: detección, formación y promoción. Muchos clubes los cortan antes de la promoción. En Banfield buscamos que haya una continuidad: cuando un futbolista debuta y tiene continuidad, ya preparamos al que lo va a reemplazar”, explica Carpaneto. En los últimos cuatro años, según datos de Transfermarkt, Banfield vendió, aproximadamente, por 16 millones de dólares. La MLS se llevó a varias de sus últimas perlas: Eric Remedi, Julián Carranza y ahora Claudio Bravo, que partirá una vez que culmine el actual certamen. Martín Payero, Giuliano Galoppo, Agustín Fontana y Agustín Urzi son los más buscados en esta ventana de transferencias.
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No se trata únicamente de promocionar a los que brillan en el plantel profesional. Banfield decidió abrirle su fábrica al mundo: en 2019, sumaron a los jugadores de su reserva a WyScout, la plataforma de scouting más popular del planeta. Había una búsqueda: mientras algunos equipos buscan esconder a sus jugadores para que no se los lleven, Banfield rompió el paradigma y puso a sus joyas en la vidriera para que los equipos europeos las conozcan. Carpaneto entendió que algo pasaba cuando, en 2018, llegaron tres scouts de equipos alemanes al predio de Luis Guillón para ver un partido de la reserva. Uno de ellos le mostró su mirror team, el equipo ideal de juveniles argentinos que venía siguiendo, con varias opciones por posición. En ese listado había siete futbolistas de Banfield que habían disputado el encuentro. “Clubes como el nuestro son quizás más atractivos para los equipos de Europa porque saben que van a encontrar un producto de mucha calidad y seguramente a un precio más barato que en River o en Boca”, señala el director de fútbol. Fue, por eso, uno de los primeros equipos argentinos en subirse a TransferRoom, la plataforma que conecta a tomadores de decisiones de clubes de todo el mundo.
«Clubes como el nuestro son quizás más atractivos para los equipos de Europa porque saben que van a encontrar un producto de mucha calidad y seguramente a un precio más barato que en River o en Boca»
El fútbol le presta rápida atención a los proyectos basados en las buenas ideas, y Banfield se convirtió en sinónimo de cantera virtuosa para los aspirantes a profesionales. “Es que en Banfield el camino no solo tiene la línea de llegada visible, si no que también es más corto que en otros lados. Y eso le resulta atractivo al mundo del fútbol”. Desde los últimos años, los juveniles que dejan libres River y Boca eligen, como primera opción, ir a probarse a Banfield: asisten a las pruebas de noviembre, cuando solían tirar el último tiro en febrero, algunos días antes del comienzo de las pretemporadas. El número de chicos que van a las pruebas abiertas también creció exponencialmente. Futbolistas, representantes y familiares encontraron en el sur un ecosistema ideal para el desarrollo del talento. Los exfutbolistas, también: en los últimos años pasaron los hijos de Julio Cruz, Héctor Enrique, Clemente Rodríguez, Darío Scotto, Roberto Ayala y Juan Carlos Osorio, exentrenador del seleccionado de México.
Abierto a la tecnología –coquetearon con especialistas en Big Data para cruzar datos de GPS con datos de juego para buscar patrones futbolísticos–, con un predio apto para hacer pretemporadas, y con un manual de estilo claro para la elección de entrenadores y la formación de talentos, Banfield asoma la cabeza con un proyecto sólido. Hasta ahora lo hizo en silencio. Este domingo buscará rugir bien fuerte.
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