- Tuvo el menor flujo de dinero desde 2016.
- Conmebol, la confederación con mejor saldo entre compras y ventas.
- Ningún club argentino entre los 10 que más invirtieron en Sudamérica.
El mercado de transferencias se desinfló. No es una novedad. El Covid enfrió la compra y venta de jugadores, el principal ingreso extraordinario de los clubes de fútbol. FIFA le puso números a la debacle con su habitual informe del TMS, que mide todas las transferencias internacionales del 2020. El año pasado se gastaron 5.63 miles de millones de dólares, el menor monto desde 2016, cuando se desembolsaron 4.72 miles de millones de la moneda norteamericana. La baja fue de un 23.5% respecto al 2019, y un 10% menos que en 2017. Cambió el contexto, cambió el dinero disponible, pero no la necesidad de transformar los planteles.
Hay varios datos para entender el ingenio que utilizaron los clubes para reforzarse. Solo el 13.3% del total de los movimientos implicaron un desembolso económico: menos de 2.300 transferencias de las 17.077 del 2020 fueron a cambio de dinero. El fútbol, en definitiva, se mueve con jugadores libres. De las ventas que se pagaron, el 55.7% fueron por montos menores a 500.000 dólares. Las transferencias que costaron 5 millones o más representaron el 1.3% del total. En este mercado solo hubo 130 ventas por encima de los 10 millones de dólares. Vender a un jugador en ocho cifras es una oportunidad real para muy pocos equipos. Acumular más de diez millones en ventas totales, también: solo 112 clubes del mundo consiguieron ese monto o más por salidas. River, que exportó a Juan Fernando Quintero y a Lucas Martínez Quarta, fue uno de los privilegiados.
Los pases millonarios son tan exclusivos que entre los diez movimientos más caros del 2020 sumaron el 15% del monto global: generaron, entre todas, 844.5 millones de dólares. Entre ellos hay un argentino, Mauro Icardi, que fue de Inter a PSG; y un brasileño, Arthur, que pasó de Barcelona a Juventus. Los brasileños funcionan como una marca validada en el mercado. Son el país que más jugadores mueve en el mundo. Producen futbolistas de todas las clases: baja, media, alta y elite. En 2020, 2008 transferencias fueron de esa nacionalidad. Lo siguió Argentina, que mantuvo el segundo lugar, con 899, un 5% menos que en 2019, aunque ese porcentaje está en línea con la caída general de la cantidad de pases. El séptimo fue Colombia con 487.
El rol de Sudamérica: proveedor de talento de calidad.
De las seis confederaciones afiliadas a FIFA, solo tres lograron tener un saldo positivo entre lo recibido e invertido por futbolistas: Conmebol, CAF (África) y OFC (Oceanía). Los clubes de Conmebol se dedican a la formación de futbolistas. Son proveedores de talento. Su balance fue de 428.7 millones de dólares a favor. El 78.8% de sus clubes recibieron más de lo que gastaron en transferencias internacionales. Está muy por encima de la media, que fue del 58.5% de las instituciones analizadas. El fútbol africano continúa emergiendo. Los clubes de CAF acumularon 37 millones de dólares de saldo positivo. Y la OFC, 0.5. UEFA, en cambio, concentra el gasto: el 90% de lo que se movió en el año salió de las arcas de instituciones europeas, que a su vez acumularon un saldo negativo de 229.3 millones de dólares.
¿Hacia dónde son las ventas de Conmebol? (en millones de dólares).
UEFA: 387.9
CONCACAF: 106.7
Conmebol: 51.2
AFC: 43.8
Si llevamos el análisis a la cantidad de incorporaciones por federación, Brasil lidera la lista. Esto se debe al enorme número de clubes asociados a la CBF, y a la gran migración de brasileños: la ruta Portugal – Brasil fue la segunda más fluida del año, y la inversa fue la más común. En total arribaron 1015 futbolistas al fútbol brasileño. De los otros nueve países que completan el top ten, ocho son europeos, y el restante es Estados Unidos, de notable crecimiento.
El ranking cambia cuando se estudian las salidas por nación. Ahí Argentina aparece en el sexto lugar con 545 emigraciones. Brasil está en el segundo puesto, y el listado es encabezado por Inglaterra, que le vende mucho futbolista de bajo calibre al resto de los países del Reino Unido. Brasil, Portugal, Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia son los únicos que están en las dos nóminas.
Las alarmas para el fútbol argentino aparecen cuando se estudian las diez principales rutas migratorias. Argentina está en el cuarto y en el sexto lugar como exportador a Chile y Uruguay respectivamente. La mayoría, claro, son futbolistas del ascenso que se van con el pase en su poder. “El jugador argentino se adapta rápido, juega en cualquier lado de cualquier manera, se impone y termina siendo futbolista de ascendencia en el grupo”, dice alguien que se dedicó a la elección de futbolistas en un equipo importante de Chile. En Uruguay también son marca registrada: representaron al 56.6% de extranjeros en el último año. El móvil de este escenario es económico: el dólar billete es un elemento con el que los clubes argentinos no pueden competir. La obligación recae en la formación más que nunca.
Las alarmas para el fútbol argentino aparecen cuando se estudian las diez principales rutas migratorias. Argentina está en el cuarto y en el sexto lugar como exportador a Chile y Uruguay respectivamente. La mayoría son futbolistas del ascenso que se van con el pase en su poder
Pero Argentina todavía vende. Está décimo entre las federaciones a la que más dinero les ingresó por salidas de jugadores: 132.4 millones de dólares, siempre en base al informe de TMS. En 2019 el monto había sido por 211.8. La caída fue del 37.5%, un porcentaje más alto que la debacle general. En el reporte anterior, sin embargo, ocupó el mismo puesto. El argentino es pretendido, pero menos valorado. En este texto de Big Data Sports analizamos la tendencia. Brasil subió del octavo al séptimo lugar. España continúa como el país que más recaudó por salidas de jugadores. Inglaterra es, por lejos, el que más invirtió.
Por último, es tan notable el poder de fuego que perdió el fútbol argentino en las negociaciones –y lo endogámico que es: cómo se retroalimentan a sí mismos los clubes, cómo la mayoría de las negociaciones ocurren en el mercado interno– que ningún equipo está entre los diez sudamericanos que más desembolsaron en transferencias internacionales: son ocho brasileños –Flamengo a la cabeza- y dos paraguayos. Palmeiras y Santos, los finalistas de la actual edición de la Copa Libertadores, se ubican tercero y sexto respectivamente. Los clubes argentinos gastaron 11.5 millones de dólares en jugadores provenientes del exterior, y Boca es presentado en el reporte como el que más desembolsó del país: la compra de la ficha de Lisandro López, la adquisición de Carlos Zambrano y la renovación del préstamo de Franco Soldano fueron los principales gastos. En base a los montos provistos por Transfermarkt, Boca invirtió 4.800.000 de dólares en esos tres movimientos.
Boca y Talleres aparecen entre los clubes que más jugadores dejaron ir. Boca está quinto con 22, y Talleres, que abrió sus puertas para darle vuelo a varios de sus profesionales, octavo con 18. Hay un dato interesante para entender el rol central de Boca en el fútbol sudamericano. En 2019, según un informe del Observatorio de Fútbol del CIES, fue el club que más jugadores formó para el fútbol de Argentina, Chile, México y Colombia: 46 futbolistas surgidos de sus inferiores se desempeñaban en clubes de esos países. Pero solo cinco continuaban en el Xeneize. En los últimos años, fue habitual ver formaciones de Boca compuestas en su totalidad por jugadores importados.
El reporte sirve de pantallazo para comprender el rol que cumple Argentina y el fútbol sudamericano en el mercado de transferencias. En una crisis económica que afectó a todos los clubes, el informe es una nueva alarma: sin recursos para salir al mercado, es momento de apostar a los proyectos de formación de talento a mediano y largo plazo.
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