Hacia finales de 2020 un artículo en MLS.com estableció, a través de estadísticas presentadas por la liga más importante de los Estados Unidos, cuáles equipos habían mejorado y cuáles habían empobrecido su rendimiento en el curso de la temporada, en comparación con la anterior.
En esa publicación, MLS establecía que los equipos que habían mejorado considerablemente el rendimiento habían sido Sporting Kansas City, Orlando y Columbus Crew mientras que los que habían “empeorado” su rendimiento en comparación a la temporada anterior habían sido Los Angeles FC y Atlanta United. Lo que me llamó la atención en este artículo no fueron precisamente los nombres propios de los equipos que habían subido o bajado en este ranking. Lo que despertó mi curiosidad fue el indicador de performance más conocido en el mundo anglosajón como KPI: la MLS había usado para establecer esta hipótesis y así sus conclusiones los puntos por partido. En inglés, Points Per Game (PPG)
La pregunta que se desprende de este estudio es: ¿son los PPG que un equipo obtiene en una temporada un indicador preciso para determinar si un equipo mejoró o empeoró? Resolvamos rápido esto: la respuesta es no y ahora voy a explicar porque creo esto.
Vamos a dar un poco de contexto. El fútbol es uno de los únicos deportes en el mundo en los que, por su naturaleza, no siempre gana el que “juega” mejor. Si lo comparamos con el basquet, el tenis, el fútbol americano, el voley, elija cada uno el que quiera, hay un elemento que lo diferencia y que lo hace por así decirlo único. La diferencia fundamental es que el fútbol, comparado con los otros deportes mencionados, es un deporte de pocos “tantos”, en este caso goles, y así también pocas ocasiones de gol en comparación con los demás.
Un partido de básquet normalmente va a terminar por encima de los 60 ó 70 puntos por equipo como mínimo y la tendencia actual indica que terminan por encima de los 100 puntos; con una cantidad aún superior en ataques, un ida y vuelta constante también beneficiado por el tamaño de la cancha, en donde errar la mayor cantidad tiros significa perder el partido. Es imposible ganar un partido de básquet errando más que el rival. Lo mismo sucede en el tenis: es imposible ganar un partido golpeando la pelota fuera del court en más ocasiones que el rival.
Esto en el fútbol es posible.
En el fútbol se puede atacar una vez en noventa minutos y convertir, conceder infinidad de oportunidades claras de gol para que el rival empate y sin embargo ganar los tres puntos. De esta manera al ser baja cantidad de ocasiones de goles y baja la cantidad de goles por partido hace que haya un factor que sea determinante con respecto a otros deportes: el azar.
A mayor cantidad de ataques y tantos por partido el azar o la suerte se reduce al punto de ser inofensiva, el factor suerte pasa casi inadvertido, y por consiguiente el que juega mejor tiene grandes probabilidades de ganar; de lo contrario, como sucede en el fútbol, la suerte puede ser determinante y favorecer a quien no hace suficientes esfuerzos por conseguirla durante los 90 minutos.
En cada victoria en el fútbol, por cada 3 puntos obtenidos, vamos a encontrar una carga de suerte mayor que en ningún otro deporte. Los puntos obtenidos no son más que un indicador de cómo ha terminado el partido y no un indicador del desarrollo y los argumentos para lograr esos 3 puntos
Bajo esta hipótesis podemos entender que en cada victoria en el fútbol, por cada 3 puntos obtenidos, vamos a encontrar una carga de suerte mayor que en ningún otro deporte. Los puntos obtenidos no son más que un indicador de cómo ha terminado el partido y no un indicador del desarrollo y los argumentos para lograr esos 3 puntos.
Por ende, la cantidad total de puntos que cada equipo obtenga a final de temporada llevará consigo una carga de volatilidad producto del azar propio y el de los rivales. Hemos visto en reiteradas oportunidades un equipo que gana el campeonato con 80 puntos mientras que a la temporada siguiente 80 puntos solo son suficientes para acabar tercero.
Entonces si los puntos no nos indican fehacientemente el potencial de un equipo, ¿dónde podemos buscar respuestas más concretas?
Si uno habla con un fútbol trader o apostador profesional legítimo (de esos que basan sus decisiones en métodos científicos y no de dudosa inteligencia) que no tiene información sobre una liga, que no posee herramientas técnicas a mano; que no conoce el idioma, ni los jugadores, ni los estadios en los que se juegan los partidos y está con intenciones de tomar alguna posición en algún partido de esa liga y solo cuenta con la tabla de posiciones para decidir, nos responderá lo siguiente: el elemento más contundente que uno puede encontrar en la tabla de posiciones para evaluar la fuerza de cada equipo no son los puntos, es la diferencia de gol. Mayor diferencia de gol significa que por alguna razón han atacado y defendido mejor, aún así eso puede no estar traducido en la cantidad de puntos.
El elemento más contundente que uno puede encontrar en la tabla de posiciones para evaluar la fuerza de cada equipo no son los puntos: es la diferencia de gol
Si seguimos cavando un poco más profundo vamos a encontrar herramientas aún más contundentes, como por ejemplo, un modelo matemático predictivo. Traducido: un modelo predictivo recopila estadísticas de partidos de fútbol y que de acuerdo a esa información histórica podrá pronosticar cuántos goles y cuántas oportunidades de gol habrá en el siguiente partido que jueguen. Ahora también hay modelos no tan precisos y los hay muy precisos y la diferencia radica en la información que los alimenta: cantidad y calidad de oportunidades de gol creadas y concedidas. Información más precisa y específica y que está directamente relacionada con lo que un equipo hace para conseguir puntos. ¡Bingo!
Esto nos termina acercando al nivel real de un equipo de fútbol, incluso un indicador de performance o KPI más importante aún que la cantidad de goles e incluso que la cantidad de puntos acumulados. No es la tabla de posiciones. No es ser primero, segundo o quinto. Es saber más en detalle cuánto y cuán claro atacan; cuanto y cuan bien defiende un equipo y de esta misma manera podremos incluso predecir qué cantidad de puntos podríamos obtener a final de temporada.
“La columna value indica el valor de cada equipo en su liga. El valor se traduce como la cantidad de goles que cada equipo puede convertirle al equipo promedio en esta tabla jugando en campo neutral, el equipo más cercano al valor 0. A medida que los equipos juegan cada fin de semana el modelo se actualiza con la información más reciente, si crea mayor cantidad y calidad de la esperada, el valor subirá, si lo hace en menor medida el valor caerá.
Por ejemplo en la temporada 2019 LAFC es terminó siendo casi 1.1 gol mejor que Chicago Fire, el equipo más cerca del valor 0”
Observando estos modelos matemáticos que se utilizan en Londres para predicciones en el mundo del betting, podemos disentir con las conclusiones establecidas por la MLS. Cuando la MLS sugiere que Los Angeles FC fue uno de los equipos que más empeoró yo diría que es probable que, de alguna manera, la suerte pudo haber conspirado en su contra, mientras en el caso de equipos como Sporting Kansas City, tuvieron mayor fortuna.
Si volcamos esta idea a lo práctico y a lo que respecta a las costumbres y decisiones del management en los clubes de fútbol podemos encontrar varios ejemplos en donde los puntos son sustento y argumento a la hora de tomar decisiones. Por ejemplo en Alemania, un país normalmente asociado a la eficiencia en sus procesos y al pragmatismo en la toma de decisiones, es común encontrar equipos tanto de Bundesliga 1 y 2 que premian a sus jugadores con bonus por punto obtenido.
Un equipo en la Bundesliga 2, uno de los más importantes en la categoría de esta temporada, llega a ofrecer 3 mil euros por punto a cada jugador con el que hayan acordado este premio. En clubes de Bundesliga 1 los premios pueden ir desde los 10 mil a los 30 mil por punto. Entonces con este parámetro en práctica, si ganamos 1 a 0 colgándonos del travesaño, con nuestro rival reventando los palos en más de una vez, vamos a estar premiando a cada jugador de nuestro equipo por haber ganado los 3 puntos, aún sin merecerlo.
Los puntos obtenidos en definitiva son el qué y no el cómo. En un deporte donde el azar y las emociones suelen tergiversar el significado de los resultados es importante poder respirar, leer una línea por encima de la superficie, para reducir el margen de error y ver con un poco más de claridad.
Hace unos días el Chelsea despidió a su entrenador Frank Lampard y uno de los argumentos que esgrimieron por lo bajo fue que Lampard consiguió la menor cantidad de puntos por partido que ningún otro entrenador desde que el magnate ruso Roman Abramovich tomó el control del club allá por 2003.
No consideraron qué hizo como entrenador más allá de los puntos. Al momento de despedir a Lampard, un nombre estrechamente vinculado con el club, Manchester United estaba primero en la tabla de posiciones con +11 goles. Chelsea estaba noveno con +10. Los puntos por partido solo muestran una pequeña perspectiva de un equipo. Demasiado pequeña como para basar en ellos todas las decisiones trascendentes.
*Ricardo Larrandart es consultor deportivo. Ex Brentford FC y Analista Senior en Smartodds.
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