Una llegada similar a la de Diego Maradona a Napoli en 1984, pero en tiempos de redes sociales, miles de capturas de videos y una amplificación de las noticias, verdaderas y falsas, en tiempo real. El caos salvaje que rodea la llegada del ídolo Del llanto un domingo de misa en la sala de conferencias del Barcelona a esta resurrección en París, tal vez una de las ciudades ideales del planeta para iniciar una segunda vida.
Lionel Messi comenzará una etapa desconocida como futbolista. Un jugador incubado en Barcelona que deja el club luego de 20 años en un desenlace que en realidad comenzó hace un año y ahora se concreta. Barca se desprende de su capital simbólico que manufactura a su máxima estrella desde la primera costura hasta el producto de excelencia totalmente terminado. Messi empieza su historia con PSG. Escribí para LA NACION algo relacionado al club francés que es impulsado por los dineros infinitos de los fondos soberanos de Qatar. Esta historia está sucediendo ahora. La estamos procesando. Los invitamos a unirse a nuestro newsletter porque aportaremos datos y nuestra mirada del hecho más trascendente en la historia de los clubes de los últimos 30 años.
Una transferencia que impacta en dos ligas, que pone en alerta a los fondos de inversión, qué cambia el modelo de consumo del fútbol y que deja a los clubes poderosos en meros contenedores de un jugador excepcional. Demasiado.
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