Sebastián Domínguez habla sobre el juego como si tuviera la flexibilidad de una cámara GoPro que se sumerge en la profundidad de un partido para contarlo desde adentro. Con una mirada 360 analiza ese «juego de errores» que es el fútbol, del cual sale mejor parado el que tiene la capacidad para convivir con esos equívocos y seguir adelante. Su manera de llegar a la audiencia en ESPN se basa en intentar ser concreto, descriptivo y didáctico. Los datos lo ayudan a seguir rastros que luego revelan patrones. No cuenta los partidos como le gustaría que fueran, sino como son. Eso es difícil de conseguir en la era del opinionismo como oferta principal.
-Nos gustaría saber cuáles son tus criterios al momento de comentar un partido, ¿cuáles son las pautas qué seguís y cómo usas los datos?
-Nosotros en ESPN tenemos un equipo que trabaja como back up nuestro constante. Previo al partido tenemos una búsqueda de información con diferentes puntos, con diferentes ejes para tratar si es que el partido cae en algún bache en donde podés tocar historias en común dentro del partido que se está dando. Después hay alguna cosa puntual que tiene que ver con el juego, pero generalmente son tres o cuatro ejes que tenemos para tocar entre individualidad de algún futbolista, entrenador, alguna historia particular, la historia entre los clubes y en definitiva el momento en el que llegan los equipos. Eso por un lado yo leo todo eso y lo tomo. Pero ya me conocen los chicos con los que laburamos que mi momento empieza cuando arranca el partido, cuando arranca el juego. Primero, siempre que se abre el plano, trato de tener la foto previa de cómo se arman los equipos; tratar de ver si el partido se va a jugar en los duelos por fuera, dependiendo el sistema o si el duelo se va a jugar por dentro. A partir de ahí, si hay superioridad numérica o no, cómo se puede generar, como para empezar a tener algo de datos que puedan llegar a suceder y decirlos antes dentro del partido. Me parece que eso termina siendo el gancho o lo que trato de generar con el que está escuchando la transmisión que pueda hacer yo. Decir mirá, voy a tratar un minuto, dos minutos, diez minutos antes en alguna situación que se pueda llegar a cumplir a futuro. Obviamente que en eso a veces el juego se da y no, pero hay algunas cosas puntuales que se generan que vos sabés que van a pasar, partidos que vos sabés que le falta un gol, partidos que vos sabés que hay un espacio que se genera siempre de la misma manera porque hay un movimiento mecanizado que repite uno y que el otro reacciona a partir de ese movimiento.
-Hay una tendencia en las transmisiones de fútbol de mezclar los gustos personales con la descripción de lo que sucede, ¿cómo ves ese hecho de agregarle el gusto personal a algo tan puntual como puede ser el relato o comentario de un partido de fútbol?
Creo que lo que termina pasando cuando uno tiene mucho tiempo de aire o cuando la cámara te enfoca mucho tiempo es que por una cuestión lógica de ego, de sentirte importante, de que te den un lugar de privilegio, tarde o temprano uno se puede confundir y puede pensar que importa más la opinión propia que lo que está pasando dentro del campo de juego. Siempre lo pensé, aparte jugué en diferentes equipos y me tocó ganar, perder y empatar de distintas formas. No hay una fórmula que sea más eficiente que la otra y que esté comprobada que sea más eficiente. Hay una idea que siempre trato de poner, por lo menos dentro de las transmisiones, que es el control del juego: ¿qué es el control del juego? Porque hay equipos que te ceden la pelota y el que la tiene dice bueno, pero si yo tengo la pelota el control es mío y el que no la tiene dice no, yo te la doy a la pelota, pero yo sé dónde recupero y a partir de dónde recupero cómo genero el problema en el otro y eso también, sin tener la pelota, es una especie de control, no teniendo justamente la posesión. Entonces para mí es importante que, sobre todo para los que vienen mirando fútbol y que les apasiona, creo que el mensaje es justamente que el fútbol para jugarlo es una receta que tiene un montón de ingredientes y obviamente que a uno le gustará más uno que otro puntual o uno pensará que hay algunos ingredientes que no pueden faltar. Si yo tuviese que dar una charla en frente de un grupo, yo nunca reclamaría, por ejemplo, un pase mal dado, para mí una traición es ese metro de más que no recorrés por tu compañero, eso sí es una traición. Ahí soy jodido, ahí voy al hueso, pero después en un juego de errores, donde gana el que se equivoca menos la mayoría de las veces. Puede haber alguna situación puntual, pero es un juego donde desde el minuto cero hay errores y hay aciertos.
-A veces parece que se alimenta una visión del fútbol, entre quienes juegan y quienes opinan, cómo si se tratara de un juego en el que el error no debería suceder. Vos lo planteas como parte del juego desde el minuto cero: todos se van a equivocar en un partido, incluso el que lo gana.
-Yo creo que en la medida que se elimina el miedo al error los equipos mejoran y empiezan a ser mucho más fluidos, porque empiezan a permitirse equivocarse y seguir jugando y no quedarse. No perder minutos con el error porque cada pieza, cada jugador que se va equivocando, si se equivoca y continúa, el juego tiene dinámica, si se equivoca y se detiene por ese error y empieza a dudar ya es un puntito rojo dentro de otros diez que están circulando en la cancha y vos decís acá hay algo que cambió. Entiendo de que todo esto que te estoy diciendo no tiene mucho que ver con el gusto personal, para mí la misión nuestra dentro del partido es tratar de contar lo que pasa, por qué está pasando, cómo podría suceder diferente, pero el juicio de decir está bien o está mal no nos corresponde a nosotros.
«Para mí la misión nuestra dentro del partido es tratar de contar lo que pasa, por qué está pasando, cómo podría suceder diferente. Pero el juicio de decir está bien o está mal no nos corresponde a nosotros»
-Con respecto puntualmente al uso de datos, ¿dónde está tu ”corazón” al momento de tomar en cuenta la data que te acercan para analizar el juego?
-Lo que tiene el dato, o los datos dentro del fútbol, es que terminan siendo infinitos porque siempre hay una capa más para abrir y que termina abriendo otras oportunidades de seguir buscando. Vos decís posesión, cantidad de pases, efectividad en los pases, perfecto ¿cuántos pases son de progresión y cuántos pases son de seguridad? ¿Cuántos pases son en campo propio? Una vez, creo que me dijo Pautasso, que era ayudante de campo del Tata (Martino), jugábamos un Vélez-Newells, una época en que jugábamos mucho, entonces yo siempre decía “hoy los vamos a salir a presionar”, hacíamos esas bromas porque ya los conocíamos mucho. Entonces, me dice Pautasso, “qué querés si el Patón Guzmán la toca lo mismo que tu número 5, ¿eso para vos está bien? Mirá que el Patón Guzmán está a 90 metros del arco y mi número 5 está a 50 del tuyo”. Yo prefiero que la toque cincuenta veces (Franco) Razzotti y no que la toque mi arquero. A mí me pasa eso. Por eso te digo, el dato es un número, pero si a ese número no lo contextualizamos, no lo ponemos en un lugar como para entenderlo, a mí el dato de por sí decirme Juan se la Pasa a Pedro cuatro veces, sí, te lo puedo contar yo, te lo puede contar mi nena de 11 años. Eso ya es una estadística que se consigue con mucha mayor facilidad.
-Estadísticas y datos avanzados, con contexto, no significan lo mismo…
-Por ejemplo, Messi hace 8 kms. por partido, buenísimo, ¿cuánto hacen los demás? “No, mirá, en la misma posición de Leo tal hace 10 kms.”, Bueno, pará, ¿y de calidad?, Arriba de 26 kms. por hoy que está considerado sprint, ¿cuántos kilómetros hace el que hace 10 kilómetros? “Ah mirá, hace 250 mts.” ¿Y Messi? “Messi hace 350”. Ah mirá, hace 100 mts. más en sprint y a mí, la verdad, Messi que haga recorridos largos y que en los últimos 30 mts. desarrolle velocidad en conducción en uno contra uno, prefiero que tenga esos 350 mts. de sprint y que me corra menos en general, pero que eso tenga calidad ah. Yo lo quiero poner a Messi a jugar ahí, en esa etapa decisiva. Lo vemos en la Selección cuando pierde la paciencia y se la va a sacar a los centrales del pie. Yo si juego en contra de Leo y la toma a 80 mts., para mí es lo mejor que me puede pasar. Ahora, cuando recibe entre línea, controla bien y se pone de frente y …¡estamos en problemas si estoy en contra de Messi! El dato es un número, pero también el dato es visual: tenemos que saber situarlo en la cancha.
«El dato genera un rastro y ese rastro vos lo contextualizás, lo ponés en un escenario y te genera una probabilidad»
-Hablamos de datos y muchas veces no se los considera porque, por una acción fortuita, un equipo pierde y parece que los datos ya no sirven. El fútbol es un deporte de poca puntuación y aunque sabemos que un resultado no siempre refleja lo que pasó en un partido, no lo terminamos de admitir. La idea es que los datos sirvan para analizar rendimientos, no resultados…
Sí, por eso decía el dato, ¿Qué genera? El dato genera un rastro y ese rastro vos lo contextualizás, lo ponés en un escenario y te genera una probabilidad. Entonces vos decís, bueno, a largo plazo vos empezás a tener una probabilidad y esto se da, vos tenés un futbolista que sabés que al minuto 70 empieza a caer mucho físicamente y por más que lo prepares ya te das cuenta que hay algo que está mal. Entonces decís bueno, ya empezás a mirar a ese jugador en el minuto 65 empezás a mirar el banco y decís tengo que ver cómo soluciono esto que me viene pasando. Es mucho más profundo. ¿A qué voy? Si el número genera ese rastro y se repite, es una especie de lenguaje dentro de un proceso. Porque el resultado final es la consecuencia de toda esa información que venimos arrastrando en el último plazo, pero es la consecuencia, y es un objetivo, pero no sucede mágicamente, tiene una explicación coherente que son los datos y después obviamente que en el medio hay variables donde hay otras cosas que no son tan tangibles y que forman parte de la percepción, de la buena toma de decisiones. Pero es innegable que la información que da el dato te prepara mejor y en el medio muchas veces lo podemos subestimar porque a veces también es difícil de entender y porque también es tedioso sentarse a mirar números. Cuando empieza a contextualizar y cuando uno empieza a descubrir ese lenguaje que vos decís esto pasa acá y pasa acá y acá pasó de vuelta y esto volvió a pasar, entonces decís bueno, acá hay un patrón. Hay un patrón, con este equipo se repite esto.
Nombrabas a Messi anteriormente ¿cuál es el Messi que nos va a acompañar en los próximos años?, ¿qué crees que va a pasar con él? En cuanto a estilo y forma de jugar…
-Messi dejó de ser individual hace tiempo. Empezó a ser más jugador de equipo, en esa comparación odiosa con Diego, todo el mundo decía Diego era más de equipo, Leo, más finalizador, más individual, más delantero. Bueno, los años obviamente te van trayendo un poco más al medio campo, inclusive hay laterales que han jugado mucho tiempo, han sido muy técnicos y termina jugando al lado de un tipo doble 5 o volante central, porque es una zona del campo donde tenés que entender el fútbol para jugar, tenés que estar físicamente apto para tener ese nivel medio de poder correr el partido entero, poder soportar el esfuerzo, pero después tenés que comprender el lenguaje del fútbol para jugar ahí, que es donde se cocina el fútbol, en el mediocampo. Yo creo que Leo, con el tiempo, dejó de ser tan determinante, individualmente, para ser más colectivo. Lo que yo creo que se nos viene es un Messi, donde en un contexto favorable, va a seguir siendo Messi, en un contexto donde él tenga que ser muy individual, va a sufrir, va a tener menos duelos mano a mano ganados, va a quedar más expuesta su velocidad, que no va a ser tan determinante, esa conducción que era sorprendente, que parecía que corría mas rápido con pelota que sin pelota. Eso es lo primero que vas perdiendo con la edad, va a seguir siendo brillante y va a seguir dejando parado como conos a los rivales, pero va a ser más esporádico, es normal que así sea, le pasa tanto en la selección como en Barcelona.
Si el contexto hoy no lo ayuda, él tiene muchas menos herramientas físicas, individuales, para imponerse en un partido, se nos viene el Messi más terrenal, que tal vez sea el Messi más rebelde, que tal vez sea el Messi que tenga que conectar mucho más con sus compañeros y traccionarlo más de lo emocional para que no se queden, para que le brinden ese escenario a él.
-Tenes una presencia muy marca en redes sociales, especialmente en Twitter. Hay conversaciones muy enriquecedoras, por ejemplo, con Javier Mascherano ¿qué te parece que le suma ese tiempo real de Twitter a la conversación de fútbol?
-Lo de Javi sale natural porque él es un apasionado por el fútbol, yo también, nos tenemos aprecio, pero se da mucho esta dinámica que el entrenador se toma dos horas por día, o cuatro horas por semana para hablar con los periodistas, pero no sé cuánto hay de esa charla real, para decir, “mirá te quiero contar mi proyecto”, muchas veces termina siendo una especie de, mirá, yo te cuento, pero blindame, que no me maten. La realidad es que me da la sensación de que cuanto más abras las puertas, por ejemplo, de entrenamiento y que haya acceso a ver, realmente lo que pasa, los ruidos en los choques, la velocidad a la que se juega, lo que se pide, los gritos, las caras de culo, lo que pasa de verdad, también el periodista, que no vivió adentro de un vestuario, que no vivió en inferiores y que le encanta el futbol, va a tener un contacto mucho más real con lo que le pasa, va a poder generar una opinión mucho más fiel de lo que está sucediendo en el equipo que quiere analizar. A mí me parece que eso todavía es un tabú muy grande, es como decir “no muestro mi trabajo, porque si no el otro me copia”, te lo ven igual, llega igual a todos lados lo que hacés, todo el mundo tiene a alguien que cuenta, que te dice que te van a ver antes de un partido, esto que pasó con Bielsa, que si mandó el espía, o no mandó el espía, todos los entrenadores saben cómo juega el equipo que van a enfrentar, tiene un montón de información de ese equipo.
Menos temor para mostrar cómo se trabaja y abandonar el hermetismo que se supone es sagrado…
.Por ejemplo, en Argentina nos falta decir, «mirá yo soy entrenador: ¿querés venir a ver el entrenamiento? Miralo, ¿cuál es el problema?» Es fútbol, tampoco estamos poniendo un hombre en la Luna. A mí me parece que hay un montón de información que se pierde, que se oculta, que termina siendo contraproducente, por eso me decís lo que hablamos con Javi… esto suena mal, pero a mí me resulta fácil hacerlo hoy en día, porque es lo que hice toda la vida. Me preparé para poder contarlo de una forma que sea práctica para el que escucha, para poder dirigirme a cualquier público, no solamente tomar un extracto pequeño que entienda mucho de juego. Yo quiero contar algo que sea complejo pero que lo entienda todo el mundo, por eso trato de ser simple, sencillo, didáctico y chistoso a veces también.
Imaginate un tipo como Mascherano que se ponga a hablar de fútbol al aire libre en una charla para la gente que quiera escuchar, es un curso acelerado que ningún curso de técnico te va a dar en dos años, una tarde con él, eso hay que aprovecharlo. No tenés acceso de otro modo. Yo por ahí le puedo sacar algo que tal vez le sirve a alguien y que es valorado. Como te digo, hoy hay muchos chicos analizando y muchos chicos que no jugaron al fútbol, pero que tienen mucha noción de lo que están diciendo. Es mentira también eso, es otro mito, “si no jugás al fútbol hay cosas que son intransferibles”, sí, a medias, hay muchos ejemplos de tipos que comprenden perfectamente el juego y no han sido profesionales.
Si quieren escuchar la entrevista completa que hicimos con Agustín Giménez a Sebastián Domínguez, aquí está el episodio de BDS
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