588 partidos con camisetas de clubes. 116 con su selección nacional. 312 goles en Argentinos, Boca, Barcelona, Napoli, Sevilla y sin anotar en Newell´s. 48 goles con Argentina. ¿Ya está? ¿Eso fue todo? Diego Maradona fue futbolista profesional hasta 1997, pero aún retirado era un cuerpo en movimiento. Los recuerdos siempre están en tiempo presente. Diego vivo mantenía actualizado todo lo demás. México 86 sucedía todo el tiempo. Ya no. Ahora sí murió. Se nos congeló todo.
Miremos esta foto.
Esa imagen de Diego Maradona en el Estadio Azteca, llevado en andas con la Copa del Mundo en sus manos, nos revela que el fútbol no siempre fue el mismo. Si hubo un modo de jugarlo y competir antes y después de Maradona, esa foto de Diego llevado como un héroe del juego explica que el fútbol de 1986 no tiene nada que ver con el fútbol de estos tiempos. Ahora que Diego Maradona murió podemos comprender que el fútbol ha expresado diferentes formas de acercamiento de las masas y su popularidad tuvo muchas facetas
¿Quieren hablar de fan engagement? Así era el fan engagement en los 80, cuando el fútbol tenía barro en sus medias, los broadcasters pagaban centavos, solo Adidas y Coca Cola comprendían a la perfección qué se cocinaba detrás y los ídolos se construían en base a destrezas y hazañas deportivas. El fútbol como hecho deportivo era lo que captaba la atención. Con la gente poniendo su cuerpo en los estadios y la fascinación planetaria que llegaba por televisión a todos los países del mundo. Era todo lejanía. No había “experiencias”. No había contacto digital. Los caza-autógrafos eran los recolectores de esos likes de tinta sobre el papel. Maradona era una mezcla del fútbol de hace 30 años, casi vintage para algunas generaciones, con una sensación de presente para los que crecieron al ritmo de su inventiva como jugador, y que no admiten en sus recuerdos que el tiempo pasó.
Maradona fue trending topic global a las pocas horas de conocerse su muerte. Nada que sorprenda. Pero es interesante ver cómo los homenajes y despedidas desde diferentes cuentas oficiales de Twitter como las selecciones de Inglaterra, Brasil, Gary Lineker, Magic Johnson, Usain Bolt, Pelé, Juventus, Nápoli, Roger Federer, Rafael Nadal y decenas de atletas renombrados y prestigiosas organizaciones deportivas, reparaban en la dimensión futbolista. En el deportista inmenso que cruzó las épocas para conocer de grande a muchos de los grandes atletas que lo soñaron de pequeños.
Puede resultar obvio, pero ese reconocimiento unívoco a ese futbolista es un acto de justicia hacia Diego Maradona. Porque la mirada del mito Maradona desde la Argentina fue la de un personaje que excedió los límites del fútbol. Y era una manera de percibirlo que se había olvidado. Su muerte trajo al Maradona global y que modificó al fútbol. No fue que cambió tanto el juego, pero si la manera en que un espectador podía apreciar las capacidades de un futbolista.
El segundo gol contra los ingleses lo describe de un modo exacto. Pero prefiero destacar su inventiva en este gol de tiro libre dentro del área que le hace a Juventus para Nápoli, en el que contradice cualquier ley física: un toque suave hacia atrás para generarle espacio y sin recorrido posible de su pierna para ejecutar.
Diego Maradona apareció en la Primera del fútbol argentino con 16 años en Argentinos Juniors. Fue un talento que deslumbró por su habilidad inesperada. Para los que precisan de comparaciones, ahí vamos:
• Messi tiene una clase de talento que de algún modo nos avisa que es lo que va hacer. Es el motociclista que salta entre los anillos de fuego. Sabemos que lo hará. Y que lo hará cientos de veces. Pero conocemos su plan.
• Diego Maradona no tenía cartografía previa. Todo podía pasar cuando tomaba la pelota. En tiempos donde el juego no estaba cuantificado por espacios, resultaría interesante saber cómo serían las métricas de goles esperados y de posesión esperada con un jugador como Maradona que dominaba tantas variables del juego a la vez.
Con ese talento efervescente, Maradona era de todos modos un jugador de equipo. Una vez retirado, Maradona fue más sus conflictos que sus recuerdos. Personaje público y testimonial en cada respiración de la vida argentina, Diego fue el Mundial 86, pero también sus peleas con rivales de todos los tamaños en disputas medulares y otras intrascendentes. Maradona estaba sepultado por esa maraña de conflictos y de opiniones sobre su entorno. Se apagó en un final de una vida puertas adentro en las que había más abogados que vínculos de sangre. Los napolitanos no aprobarían eso.Diego Maradona fue un mito en vida y será otra clase de mito a partir de su muerte. A Maradona lo define la inmensidad: son pocos los que logran ser mito dos veces. Permanece en los tatuajes de las pieles que van envejeciendo y en los videos de la televisión ochentosa que actúan de repositorio en YouTube. Estuvo seis décadas en el planeta tierra. En ese envase que concentró tanto talento, tan castigado por patadas y pócimas, exprimido hasta el último instante, Diego Maradona vivió más vidas de las que cualquiera podría soportar. Mucho dolor, pero “lástima a nadie”. Fue una de sus enseñanzas entre tanta belleza.
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