Rembert Vromant puede decir que comenzó en el mundo del scouting en la época de los DVDs. Fue un adelantado. Belga, se mudó a México por una historia de amor. Ahí, con otros colegas, se plantearon una idea: contratar a dos personas en cada país de Latinoamérica para que siguieran a todos los jugadores de la región. Su equipo recopilaba información y él la convertía en reportes que les enviaba a todos los clubes de México. Si algún equipo se interesaba en algún futbolista, Vromant le enviaba una decena de DVDs con partidos completos por mensajería. Nada de editados subjetivos: Gol Scouting, emprendimiento del que manejaba su parte de operaciones, generaba información para que cada club tomara una decisión.
El negocio se pinchó cuando WyScout e InStat rompieron el mercado. La firma cambió el enfoque: crearon Gol Stats, una de las empresas más innovadoras de México, y una de las compañías dentro del CITEC, el Centro de Innovación Tecnológica de la Federación Mexicana y la Liga MX.
–Es que cambió el paradigma: antes, el que tenía el conocimiento tenía el poder. Hoy en día es el que maneja mejor la información quien lleva la delantera- dice Vromant, en una entrevista con Big Data Sports.
Vromant sabe de lo que habla. Actualmente es el director de visorías del Pachuca de México. Pachuca es vanguardista en la formación de futbolistas. Marco Garcés lidera a una organización que combina lo mejor del pasado, lo que funciona en el presente y que, al mismo tiempo, se anima a ensayar cómo será el futuro. De sus inferiores salieron, entre otros, Hirving Lozano, Héctor Herrera y Erick Gutiérrez, y todos brillan en Europa. El enfoque de Pachuca es claro: buscan desarrollar el mejor talento posible. Y eso se evidencia en cómo está armada el área de visoría: hay 15 personas contratadas a tiempo completo, y 13 están dedicadas en exclusiva a la identificación del talento juvenil. Solo dos se abocan al scouteo profesional.
–No queremos traer al mejor sudamericano. Nuestro enfoque está en formar el mejor prospecto juvenil mexicano. Primero encontrarlo, y después desarrollarlo. Por eso tenemos tanta gente abocada a esa tarea. Buscamos, en definitiva, identificar a jugadores que puedan competir en México en primera instancia, y luego llegar a las competencias europeas– cuenta Vromant.
Esas trece personas no trabajan solas. El primer filtro lo hacen 300 ojeadores que están distribuidos a lo largo de todo el país. Ellos son la trinchera, los buscadores más artesanales: los que espían los torneos más recónditos, los que observan los partidos más salvajes, los que siguen el dato que les marca alguien de su red informal de contactos. Miran, según Vromant, a 100.000 proyectos de futbolistas por año. De ese número enorme, tan solo 800 reciben una invitación para ir a una prueba al centro de alto rendimiento del Pachuca. Y 50 terminan sumándose a las divisiones inferiores al año siguiente.
Las pruebas no son azarosas. Vromant se sumó a la estructura del Pachuca en 2017, y desde entonces se dedicó a la lectura de artículos científicos. Leyó publicaciones belgas, inglesas, holandesas acerca de la identificación de talento. Estudió los grandes procesos que hicieron China, Alemania y la Unión Soviética para detectar prospectos para los Juegos Olímpicos. Y llegó a una conclusión: debían armar una batería de pruebas físicas para niños de entre 11 y 15 años.
–Los 800 chicos que llegan a la ciudad deportiva están pre filtrados: ya sabemos que son buenos futbolistas. Ya los vimos jugar y sabemos que todos cumplen con los requisitos técnicos que esperamos que tenga un chico de la edad que estamos mirando. Una vez que llegan al predio, donde nunca hay más de 30 juveniles por semana, les asignamos cuatro visores a cada uno para que los observen todos los días. Después los ve el técnico de la categoría, el director de fuerzas básicas y yo, como director de visoría- detalla.
El sistema de validación combina factores objetivos con subjetivos: datos duros con el ojímetro al que todos los clubes recurren para elegir talento
El sistema de validación combina factores objetivos con subjetivos, datos duros con el ojímetro al que todos los clubes recurren para elegir talento. Pachuca tiene una cancha de pasto artificial con todas las medidas adecuadas para sus pruebas físicas, que las realizan los días lunes: tienen marcado 20 metros exactos para medir velocidad, y usan ojos electrónicos parecidos a los que se utilizan en las competencias de atletismo para medir el tiempo con precisión. Estudian la toma de decisiones con un ejercicio de 3 vs 2 en el que un visor califica de 0 a 5 cada ejecución. Miden la expectativa de crecimiento que puede tener ese chico. Miden el salto. Les realizan antropometrías. Y los once mejores del lunes son los que tienen más oportunidades en las pruebas futbolísticas que comienzan el martes.
–Tener datos es importante para que cuando vayamos al césped y haya 22 niños nos podamos desmentir fácilmente. Es sencillo decir: “Este niño es muy rápido”. Pero nosotros, cuando lo vemos, nos preguntamos: “¿Es efectivamente muy rápido?”. Y vamos al resultado de la prueba para corroborarlo.
El proceso dura una semana e involucra al director de visoría y de fuerzas básicas: hay ocho personas –si se toman en cuenta a los visores que los invitan- que validan la incorporación a las inferiores al año siguiente. El que llega, entonces, pasa por un proceso de chequeo profundo. Sin embargo, todavía fallan en algo imposible de predecir: el análisis psicológico. Aún no hay herramientas para achicar el margen de error. “Es donde mayor flaqueza tenemos”, admite.
«Sería equivocado decir que tenemos una bola de cristal llena de datos que nos van a ayudar a encontrar a Messi. Eso no existe»
Rember Vromant – Director de Scouting Pachuca
El método necesita tiempo para mostrar resultados. “El proceso comenzó hace cuatro años. Recién están llegando los primeros jugadores a Primera División. Pero el gran valor de nuestro trabajo, creo yo, se va a ver en 10 o 20 años”, cuenta Vromant. Vromant cree que los datos pueden ayudar a predecir el éxito de un juvenil. Pero también es cauto: “El futbolista no deja de ser un ser humano que tiene muchas influencias, como su relación familiar, la autoconfianza que se le fomenta desde niño, los entrenadores con los que se cruzó en su camino. Sería equivocado decir que tenemos una bola de cristal llena de datos que nos van a ayudar a encontrar a Messi. Eso no existe”, apunta.
De todos modos, a pesar de la minuciosidad en su búsqueda de talento, destaca un momento clave: “La etapa más importante es cuando terminás tu diamante, cuando lo formaste, cuando lo puliste, cuando es un sub-20, reserva, es fundamental ver qué pasa en ese último lapso. Y eso no lo podemos predecir. Por eso nuestro enfoque es buscar el mejor talento posible, formarlo de la mejor manera posible, y tratar de generar los caminos adecuados hacia el fútbol profesional, sin enfocarnos solo en uno o dos jugadores que a lo mejor son superiores en talento. Nuestro enfoque es mejorar el nivel de todos los niveles”, cierra.
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